Por Escobedoheart, enero 17, 2022 , En Uncategorized

El valor de las emociones.

¿Sabes de ese o esa actriz que te gusta, que has visto muchas veces en series y películas pero no sabes su nombre?.

Seguro que te pasa.

Pero a pesar que no sabes cuál es su nombre, la recuerdas y te gusta.

Esto te pasa porque te hace sentir de alguna manera. Te ha emocionado de una forma que lo recuerdas. Para bien, para mal…pero la recuerdas.

Ya lo dijo Maya Angelou

“La gente olvidará lo que dijiste , olvidará lo que hiciste, pero nunca olvidará cómo la hiciste sentir“

Pues ese es el valor las las emociones.

Un valor que poco se aprecia, pero que sin embargo tiene una gran importancia.

Nos gusta emocionarnos. Nos encanta sentir. Nos pone cardíacos vivir experiencias.

Desde que empecé mis primeros «tonteos» con la fotografía, mi empeño era causar emociones. Tratar de causar alguna sensación en el espectador. Que este recordara la foto que había visto por esas sensaciones.

De echo, mi primer blog-pagina, se llamó «Siente con la mirada«

Con el paso del tiempo, cuando me dediqué de manera profesional a la fotografía, sentía aún mayor necesidad de contar más. De transmitir al espectador más.

Ahí es cuando acudo al vídeo. Este me permite contar más, mostrar mejor incluso. Y por ende, emocionar al espectador. Una auténtica paranoia podría decirse la que tengo con esto. Pero es como una necesidad.

Llegados a este punto, me he dado cuenta del valor que tiene para el mundo comercial, y por supuesto para cualquier empresa, sea de eventos deportivos como de marcas.

Peeeeeero, que poco se valora desde muchas de esas empresas.

No se dan cuenta que si no emocionas, si no trasmites, eres una más que pasa sin pena ni gloria. No tendrán un ESPÍRITU. Y se perderán en el vacío mundo del no recordados porque no han emocionado a nadie. Se perderán en el reparto de la serie. Se convertirán en los figurantes de la película.

Y estoy hablando de emocionar sea como sea. Con una producción audiovisual o como experiencia de usuario. La cuestión es que el espectador (cliente), quiera volver a verte.

Emocionar no es fácil, o al menos acertar siempre. Pero peor es no tratar de hacerlo.

No todo el mundo es Joaquín Fénix o Meryl Streep, pero como empresa (sea de lo que sea) no puede conformarse con ser un figurante más.

Así que si eres una marca, organizas eventos o eres artista o tienes una tienda de productos, trata de hacer siempre tu mejor papel y darlo todo para que los espectadores te recuerden, aunque no sepan tu nombre, pero te recuerden y les guste verte de nuevo.

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